domingo, 13 de julio de 2008

Coso

Y si estaba perdida en la confusión era por no verte. Pero eso ya pasó. Porque te veo.

Y si yo me permití la confusión, y si yo me permití imponerme cosas, era por no verte. Pero eso también ya pasó. Porque te veo.

Y si yo soñé y sentí otras cosas, era por no verte. Pero una vez más, todo pasó. Porque te veo.

Y hasta no verte más, no puedo hacer más que quererte.

Y no sé por qué, pero estás. Las cosas se dan para que estés y me robes sonrisas, y me arruines noches, y me arruines a mi, que caigo y caigo en los sueños no cumplidos, en mi incapacidad de dejarme ser.
Me tiro bombas por adentro, actúo por fuera y de a poco siento que me muero. Hasta que te veo. Y entonces no me olvido de la rutina de las palabras y no me olvido de mi rutina de insultos...Hasta que te vuelvo a ver, perdido en la multitud. Y me sorprendes. Porque yo sonrío y no tengo miedo aunque me muera del pánico.
Pero sigo sin actuar; te miro y te encuentro. Y me encontrás. Y me mirás...¿y entonces?
Yo quiero, necesito, saber, por qué me mirás, por qué a mi...
tirame, pisame, y robame los recuerdos.
No me mires.
No me busqués.