viernes, 18 de abril de 2008

Mi amiga de la vida


Existen muchos tipos de amistades (si es que necesitamos clasificarlas). Los amigos, los casi-amigos, los amigos indispensables, los amigos-hermanos, los amigos de la vida.
Yo hoy me propongo a escribir sobre ella, mi amiga de la vida.

Conocí a Guille cuando estaba en prescolar. Era ella la chica que fue a dirección con Laurita (otra Laurita, no yo), porque había dicho que ella se había hecho caca. ¿Eramos muy amigas en esa época? Ni me acuerdo. Lo que sé, es que cuando terminó prescolar ella se cambió de escuela y me llamaba siempre para juntarnos a jugar, obviamente, a las barbies. Yo no la bancaba. Me llamaba todos los días y yo, que era demasiado buena, iba igual a la casa. Horas jugando a las barbies.

No les voy a mentir: la pasabamos de 10. ¿Pero era necesario que me llame todos los días? Con el tiempo cambié ese pensamiento, hasta la llamaba yo. Y ahora se lo agradezco. Con Guille crecimos juntas. Así les digo: juntas. Todas las etapas por las que pasamos, una esta presente en la vida de la otra.

Eramos unas niñas fantásticas. Qué orgullosas deben haber estado nuestras madres de nosotras. Además de las barbies (benditas barbies!!!!!), nuestro juego primordial era el de hacer revistas. O escribir cuentos entre las dos. Dibujar (ella me ganaba con los dibujos, claro que sí). ¡Y el tesoro escondido! Eramos tan creativas como divertidas como locas como niñas como grandes. Crecimos así. Con los secretos, las tristezas, las dudas. Una al ladito de la otra.


El tiempo quiso separarnos. La secundaria. Las nuevas amigas. Los cambios. Todo influyó. Nos veiamos de vez en cuando y era lo mismo que siempre. Pero el problema era el no vernos siempre, y de a poco desconocernos. De a poco vernos para los cumpleaños. De a poco ni eso.


Dos años después, hace un mes más o menos, me la encontré en Berlin. Un abrazo. Un beso. ¡Qué emoción! Eramos las mismas, eramos otras ¡y nos queríamos tanto! Que tenemos que vernos, que juntarnos, que hablar mucho...Que sí, claro, pero obvio. Y yo como siempre me colgué. Tanto, que descubrí una vez una nota en mi msn: "lau me encantó verte el otro día. Quiero que nos volvamos a conocer". Me emocioné. Pero como siempre me colgué. Hasta que la volví a ver una noche, en Willie Dixon. Abrazo. Besos. Y otra vez: que tenemos que vernos, que juntarnos, que hablar mucho...Que sí, claro, pero obvio. Y yo agregué: el jueves. El jueves te veo.


Ayer fue jueves y llegó Guille. Guille con 6 años, con 10 años, con 8 años, con 14 años, con 16 años...Nos abrazamos. Mate & tostadas. Y cada una abrió el libro de su vida y comenzó a relatar. Todavía me sorprende que no necesitemos nada para hablar y contar hasta lo más mínimo e íntimo. Que ella este dispuesta a escucharme, a ayudarme, a darme los consejos más importantes. Me conoce! Me sigue conociendo! El destino nos puso en el mismo camino. Como cuando eramos chiquitas, somos idénticas. Y diferentes.

Juntas estamos felices, nos amamos y ahora comienza una nueva etapa de infinitas etapas.





Cabe aclarar que no hay fotos actuales nuestras, que no tengo scanner, pero que ver una barbie es como vernos a nosotras. Y apropósito, qué lindo pelo que tiene esa muñeca, ¡quiero que el mio sea así!